La magnífica generación que nace a principios del siglo XX como Martín Adán nos han dejado la valla muy alta, escribiendo sin un género determinado, paseándose del romanticismo al parnasianismo, creando nuevos paradigmas, no obstante, hay que volver a crear la piedra, hay describir al MachuPichu si haberlo visto antes, pues el menester de un escritor es el de crear el mundo. Son cosas como estas que hemos perdido, ahora sentimos partir del sólido de nuestros pensamiento sin darnos cuenta que vivimos el paradigma de otros, no quiero decir que leer a los grandes nos opaca la imaginación, al contrario mi intensión es hacerlos asequibles a otros menos interesados en el tema, pues yo tengo entendido que el mundo lo cambian unos pocos, y que los nuevos paradigmas son creados a lo mucho por una persona consciente.
La magnífica generación que nace a principios del siglo XX como Martín Adán nos han dejado la valla muy alta, escribiendo sin un género determinado, paseándose del romanticismo al parnasianismo, creando nuevos paradigmas, no obstante, hay que volver a crear la piedra, hay describir al MachuPichu si haberlo visto antes, pues el menester de un escritor es el de crear el mundo. Son cosas como estas que hemos perdido, ahora sentimos partir del sólido de nuestros pensamiento sin darnos cuenta que vivimos el paradigma de otros, no quiero decir que leer a los grandes nos opaca la imaginación, al contrario mi intensión es hacerlos asequibles a otros menos interesados en el tema, pues yo tengo entendido que el mundo lo cambian unos pocos, y que los nuevos paradigmas son creados a lo mucho por una persona consciente.
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